La definición de comorbilidad, según el diccionario de la RAE, es la “coexistencia de dos o más enfermedades en un mismo individuo, generalmente relacionadas”. Los trastornos comórbidos suelen ser más frecuentes en personas con esclerosis múltiple y su detección es importante, ya que:
- Retrasan el diagnóstico de la EM. Hay síntomas de algunas comorbilidades que pueden enmascarar a los de la esclerosis múltiple.
- Reducen la calidad de vida. Dos de las enfermedades más comúnmente asociadas a la esclerosis múltiple son la ansiedad y la depresión, las cuales repercuten en el bienestar del paciente.
- Pueden empeorar la EM. Las comorbilidades se asocian a mayor progresión de la discapacidad, más riesgo de brotes y aumento del deterioro cognitivo.
Trastornos comórbidos
Dentro de los trastornos comórbidos se engloban enfermedades que no están relacionadas con la esclerosis múltiple así como complicaciones derivadas de las lesiones causadas por la enfermedad.
Las comorbilidades deben tenerse en cuenta en la evaluación del estado de salud general y, en especial, a la hora de escoger un tratamiento para la EM. El objetivo es evitar posibles interacciones y el empeoramiento de los síntomas de algunas comorbilidades. Por ejemplo, hay algunos tratamientos para los síntomas de la EM que pueden empeorar el control de la glucosa en sangre en personas que tienen diabetes como trastorno comórbido.
Además, tratando adecuadamente las comorbilidades en esclerosis múltiple, se puede mejorar la calidad de vida y reducir el deterioro cognitivo, entre otros posibles beneficios.
Ejemplos de comorbilidad
El ejemplo de comorbilidad más frecuente en esclerosis múltiple es la depresión. Se estima que la mitad de las personas con EM tendrá depresión a lo largo de su vida.
Otra comorbilidad frecuente, que también reduce la calidad de vida en EM, es la incontinencia urinaria. Es resultado de las lesiones que causa la esclerosis múltiple en los nervios que intervienen en el control de la micción.
Patologías más frecuentes en la esclerosis múltiple
Hay comorbilidades que están asociadas propiamente a la edad y al estilo de vida, como sucede con la hipertensión, las enfermedades cardíacas, el colesterol alto, las enfermedades respiratorias y la diabetes. La ansiedad, depresión, hipertensión, diabetes y altos niveles de colesterol, son más relevantes en los pacientes con EM que en la población general.
Tener esclerosis múltiple se asocia con mayor riesgo de tener un trastorno comórbido. La depresión y la incontinencia urinaria son ejemplos de comorbilidades frecuentes en esclerosis múltiple. Su identificación y adecuado tratamiento son importantes para mejorar la calidad de vida de las personas con EM.
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