La dificultad de diagnosticar la Esclerosis Múltiple en niños
La Esclerosis Múltiple se suele considerar como una enfermedad que afecta a adultos jóvenes (entre 20 y 40 años), pero aproximadamente entre el 3% y el 10% de los pacientes con EM son niños o adolescentes. A pesar de que los síntomas entre niños y adultos son similares, hacer el diagnóstico de EM en niños tiene algunas dificultades añadidas.
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Los síntomas de la EM se pueden confundir con otras enfermedades más comunes en los niños y que se ven más a menudo en las consultas de pediatría.
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El pediatra tiene un conocimiento menor de los síntomas de la EM que el neurólogo. Esto podría retardar el diagnóstico de la Esclerosis Múltiple infantil.
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Los niños pequeños no pueden comunicarse bien y expresar en detalle cómo son los síntomas que les afectan. Es clave la comunicación por medio de terceras personas, generalmente los padres.
Síntomas iniciales de la Esclerosis Múltiple en niños
La EM es una enfermedad imprevisible, que afecta a cada niño de forma distinta. No obstante, los síntomas más comunes son:
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Problemas visuales: visión doble o borrosa, distorsión en la percepción de los colores rojo-verde, ver ondulaciones en los objetos o sentir dolor en los ojos al mirar hacia arriba o hacia los lados.
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Problemas físicos: falta de fuerza o de destreza en alguna de las extremidades. Normalmente afecta primero a las piernas y luego se extiende a otras partes del cuerpo. También puede producir pérdida de equilibrio, convulsiones, vértigos o mareos.
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Problemas cognitivos: problemas de aprendizaje, atención, velocidad de procesamiento o lenguaje. Si afectan al rendimiento escolar, es necesario ofrecer apoyo fuera de clase y adaptaciones en el aprendizaje.
¿Cómo es el diagnóstico de la Esclerosis Múltiple infantil?
El diagnóstico de EM siempre es complicado, tanto en niños como en adultos. El neurólogo es la persona indicada para evaluar al niño y descartar otras enfermedades infantiles más comunes y que tengan síntomas parecidos.
Algunas de las pruebas más habituales a la hora de diagnosticar la EM en niños son:
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Pruebas neurológicas: un neurólogo realiza pruebas físicas para comprobar ligeros cambios en la motricidad, los reflejos y la sensibilidad. También se realizan una serie de preguntas para comprobar qué síntomas han aparecido con anterioridad.
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Resonancia magnética: es un escáner que realiza una imagen detallada del cerebro y la médula espinal. Muestra el tamaño y la localización de las lesiones. Es indoloro, pero ruidoso, así que es preferible avisar a los niños antes para que estén tranquilos.
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Electrodos: monitorizan las ondas cerebrales y calculan el tiempo que tarda un estímulo visual (una imagen en una pantalla) en llegar al cerebro. Se puede detectar si los mensajes viajan más lentamente de lo normal.
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Punción lumbar: consiste en extraer una muestra de fluido de la médula espinal. Se realiza con anestesia local.
Las causas de la EM en niños aún no son conocidas, pero un diagnóstico temprano aumenta las posibilidades de no presentar discapacidad en el futuro.
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